Jaime Párrizas


JAIME PÁRRIZAS
Baterísta de jazz y lindy hopper granaíno (y mejor persona)

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Baila Swing Fin: ¿Cómo te definirías en pocas palabras?

Jaime: Como alguien que no le gusta definirse. Soy un músico granadino, que toco la batería y baila en sus ratos libres… Bueno, bailar en los ratos libres no… ¡Bailar me lo tomo muy en serio!

BSF. ¿Cuándo y dónde empezaste a bailar?
En 2014 empecé en laAsociación Baila Swing Fin.Creo que empecé a bailar en 2013 o 2014. Sí, creo que en 2014.

BSF. ¿Es más o menos cuando se creó Baila Swing Fin?Empecé a bailar a partir del Festival de Swing de Monachil. Se hizo un listado de la gente a la que le apetecería bailar e hicimos una lista y nos apuntamos a bailar. Los profesores entonces eran Patricio y Kailani. Eran los que llevaban más tiempo bailando en Granada (…). Ellos empezaron a darnos clase de forma altruista y después se hizo la asociación. Posteriormente  estuve impartiendo clases en la asociación varios años.

BSF. ¿Qué soñabas con ser de mayor cuando eras pequeño?
(Risa de felicidad) Pues lo que soy más o menos: baterista.

De chiquitillo me regalaban tambores. Cuando tenía 3 o 4 años, me regalaban por Los Reyes un tambor. Y eso caló en mí. Me mandaban al balcón para que hiciera ruido (risa conjunta imaginándonos la situación). El tambor me duraba una semana porque lo destrozaba Y luego pues compré la 1ª batería, a los16 años

BSF. ¿Y cómo llegó la música a tu vida?
En realidad en mi casa, a mi madre le encanta la música… y mi abuelo tocaba la flauta travesera en la banda del pueblo. Tengo la flauta. Una flauta travesera de madera, que es bastante rara. A mi madre le encanta la música clásica. Nos llevaba a conciertos. A mi hermano le gusta el jazz, el rock, el rock sinfónico. Caí en el conservatorio y compraron un piano en casa (…). A raíz de tener la batería, hice un año en Juventudes Musicales de solfeo y de piano y ya hice la matrícula en el conservatorio para estudiar percusión. Lo que pasa es que ya tenía 20 años. Luego me fui a Barcelona a estudiar en una universidad de jazz pero volví!

BSF. Aparte de bailar y de la música, ¿Qué otros placeres disfrutas en tu día a día?
Hay muchas cosas. Hacer deporte… La bicicleta, es lo que más me gusta pero también hacer chapucillas en casa, jardinería, leer, cuidar mis plantas…

BSF. ¿Cómo crees que un bailarín puede beneficiarse de entender la música para mejorar su baile?
Es una Buena pregunta (risas). Pienso muchas veces en eso. En realidad la gente debería conocer mucho más la música que baila. Nosotros bailamos una música que es ajena a nuestro tiempo. En general no conocemos la mitad de las cosas que están pasando. Lo que veo es que la gente baila la música como si tuviera un metrónomo puesto. O sea, lo único que hace es darle un tempo para hacer los pasos y figuras. Algunos bailarines adaptan su baile a la intensidad de la música pero poco más. Y los que bailan bien, sí que la bailan. Cuando ves a gente a nivel mundial, o gente muy potente bailando, escucha realmente la música. Si le preguntas a alguien la estructura de una canción pop de ahora te va a decir “estrofa, estrofa, estribillo, estrofa, estribillo, solo de guitarra…”. O la estructura de una sevillana o del reggaetón, por poner ejemplos. Nosotros estamos bailando música de hace muchos años, música que es “ajena” nuestro tiempo, así que es comprensible que se desconozca la estructura, los instrumentos que suenan, los motivos melódicos, el carácter, los “riffs”, etc. En cierta medida a mí también me pasó. Cuando empecé a bailar, el jazz del periodo swing no rea mi fuerte. Es muy curioso porque cuando empiezas a estudiar jazz como instrumentista, no se empieza con una cronología de la historia del jazz. La mayoría de las veces se va al bebop, de mediados de los 40 en adelante. No se estudia el swing y mucho menos el pre swing: el hot jazz, el Dixieland.El swing es la época dorada del jazz y es más comercial. Hay mucha crítica entre los músicos por “venderse un poco”. Pero es una música de una calidad extraordinaria, menos virtuosística quizás, pero de llena de expresión y “feeling”. Yo he conocido muchas cosas a raíz de bailar y de conocer toda esa historia. Por ejemplo, yo vi a la Big Band de Count Basie cuando era muy joven y no tenía ni idea de lo que estaba viendo. Yo eso lo olvidé. Ahora que he encontrado las entradas lo he flipado en plan de “yo vi esto!”. La música es la asignatura pendiente de la mayoría de los bailarines.

He tenido la suerte de haber acompañado como músico a bailarines de primer nivel, como por ejemplo Ksenia Parkhatskaya, con la que hice un didáctico y un concierto (también canta). Explicamos la función de cada instrumento a través de la evolución de los estilos del jazz. Luego te sientas a hablar con ella y tiene un conocimiento musical brutal. Me estuvo contando cosas acerca de la historia de las escobillas que desconocía.

¡Me he puesto muy serio!, ¿no? (risas)

BSF.  Desde tu punto de vista como músico: ¿Cuál es tu visión del panorama swing en granada?
Pues todo empezó gracias a La Asociación o casi todo (también estaba Emilio de Contradanza) pero fue Baila Swing Finquien organizó los primeros sociales, los primeros intensivos, etc. Y yo creo que goza de muy buena salud. Ahora hay varios sitios donde se imparten clases, se organizan muchas actividades y sigue creciendo. Creo que es positivo: cuanta más gente haya bailando, cuantos más profesores, cuantas más academias, mejor para todos. Ahora han venido estas circunstancias extrañas para todos pero volveremos a la normalidad. No sé si el swing pasará de moda, tendrá sus picos, pero yo creo que vino para quedarse. Y La Asociación siempre ha tenido un papel importante.

BSF. ¿Qué tipo de música escuchas en la ducha?
Yo en la ducha, jazz. Ahora he cogido la costumbre de ponerme una emisora de Nueva Orleans. Ahora escucho jazz y música brasileña. Ahora escucho mucha música brasileña: es más visceral y me conmueve más (ojos de mucho interés por nuestra parte).

BSF. Si fueras un postre, ¿cuál serías?
Es una pregunta difícil. No tengo ni idea. Venga, una tarta de queso: porque tengo mi galletita, mi queso y está bien. Con algo de chocolate.

BSF. ¿Y si fueras un paso de swing?
Sin dudarlo dice: ya que estamos de dulces, pues el sweet heart in. Primero porque empieza con una conexión que no es habitual: la mano cruzada, que es una conexión que me gusta. Y luego es como un abrazo. Un abrazo cariñoso, un abrazo de acogida. Mola.

BSF. Si pudieras quedarte con un momento especial que hayas vivido en un escenario, ¿Cuál sería?
¡Eso es imposible! Esto me ha hecho pensar mucho… Como músico es muy complicado. Quizá hay momentos especiales que te sientes conectado con los otros músicos, más que que el sitio o el artista con el que estás sea importante. Como bailarín, recuerdo un baile con Seray en el Nola: recuedo una conexión brutal.

BSF. Bueno, aprovechando que esta semana ha sido el Día del Libro, ¿Qué libro le recomendarías a las socias/os de Baila Swing Fin?
El Jazz: cómo la música puede cambiar tu vida, de Wynton Marsalis. Es un libro sencillo, ameno que explica qué es el jazz, no solo su estructura y el origen, también como surge y por qué. Utiliza la palabra blues como sentimiento, como emoción en todo el libro. Habla de las figuras principales. Wynton Marsalis es el director de la Lincoln Center Orchestra, una de las mejores Big Band del mundo.

BSFPregunta Regalo del anterior invitado (Isaac Kelly): ¿Tienes una época o artista de jazz favorito?, ¿Tienes un estilo que te guste tocar más?
Pasa lo mismo: hay mucha gente. Como artista, si tuviera que elegir a uno, hay un pianista de jazz moderno, Lyle Mays, que ha acompañado mucho a Pat Methenyque es el que más me gusta. Lo que más me gusta tocar es el jazz brasileño. Emocionalmente me conecta más. He estado un tiempo viviendo en Salvador de Bahía.

BSF. Pregunta regalo para el/la próxima invitada/o: ¿Qué le preguntarías a la próxima persona invitada?
Me gustaría preguntarle algo sobre los jazz steps… ¿Por qué los jazz steps le han gustado y enganchado?